Ex plagiada por la guerrilla narra sus vivencias
Clara Rojas: escribí la historia de mi cautiverio
La ex rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) liberada en enero de 2008, afina detalles de su gira para promocionar su libro en el que cuenta los detalles de su secuestro junto a Ingrid Betancourt
AC
Clara Rojas, ha podido pasar a la historia como una abogada colombiana con cualidades en la política, talento y capacidad le sobran como cuando estudió Jurisprudencia en la prestigiosa Universidad del Rosario.
De aquella militancia en el proyecto del Partido Verde Oxígeno que aupó a la entonces candidata presidencial, Ingrid Betancourt, queda el recuerdo. Rojas, ex jefa de debate de Betancourt y junto a ella fue secuestrada en 2002 por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) , quedó grabada en la memoria latinoamericana.
Su liberación el 10 de enero de 2008 en la Operación Emmanuel, llamada así en honor a su hijo nacido durante el secuestro, dejó al desnudo una historia de película, una narración intensa, que de sólo leerla o escuchar su testimonio sacude los sentidos.
Hoy, un año después, se entrega a su rol de madre, disfruta su estancia en la “normalidad”, reflexiona, fija citas, cuadra su agenda, participa en actividades puntuales, atienda llamadas, y esa así como nos permitió la entrevista y nos cuenta algunos de sus proyectos, parte de sus vivencias y la iniciativa de escribir un libro.
-Logré un acuerdo con una editorial francesa y ellos a su vez han hecho alianzas con otras editoriales de varias partes del mundo. De hecho el libro se publicará en varios idiomas y países: en España, Francia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Portugal y es posible que en Italia, Japón y China. Indudablemente el apoyo de la editorial ha sido maravilloso.
- ¿Cuánto tiempo demoró convertir su historia personal en letras?
- Le voy a confesar que cuando estaba en cautiverio, me dije que algún día de salir debía contar yo misma mi historia. Bueno, se me hizo el milagrito y es gracias a muchas personas, una de ellas al propio presidente Chávez a quien se le solicitó su colaboración por su facilitación en mi liberación y de muy buen agrado lo hizo, además por la gran operación Enmanuel que él pudo dirigir directamente. Gracias a ello es que estoy libre. Tuve algunos problemas de salud y lo que hicimos fue que les pedí que si me daban un tiempo y mejoraba si podía asumir el desafío de escribir yo misma mi historia. Estuve desde mediados del año 2008 hasta diciembre que me dediqué a escribir, entre 10 y 11 horas diarias para ver si lograba mi cometido y efectivamente lo hice. La editorial se mostró muy contenta con el manuscrito. Con la ayuda de Dios lo tendremos pronto en diferentes librerías.
- ¿Qué le ha permitido sentir esta experiencia de escritora? ¿Cómo se ha sentido en esta nueva piel?
- El libro me dio la oportunidad como persona, porque es la oportunidad digamos de estar con uno mismo y reflexionar sobre muchos hechos. Eso me permitió escribir con mayor detenimiento la experiencia que viví y contarles a los lectores cómo había logrado sobrevivir durante tanto tiempo. Lo que tiene además mi historia es que tiene un final feliz y todo el mundo conoce. Tuve la oportunidad de reunirme con mi madre que por fortuna está viva y con mi hijo Enmanuel. Hoy estamos nuevamente reunidos en el hogar. Cuando uno está en libertad y escribe a corazón libre. Uno dice, bueno, ya viví esto, esta experiencia la afronté y cómo.
Su captura.
- Clara, ¿Qué tan consciente estuvo usted del riesgo que suponía estar San Vicente del Caguán, un territorio para entonces controlado por la guerrilla, y donde la capturan las Farc junto a Ingrid Betancourt?
- Esa pregunta me la hice muchas veces durante el cautiverio. Sobre todo en momentos críticos. Justamente en la primera parte de mi libro analizo el cómo fui a parar a allá. Pues claro, yo era conciente del riesgo, pero realmente uno nunca alcanza a medir lo que le pueda pasar a uno. Piensa que es algo que le va a a tocar a otros, pero que a uno no le tocaría y cuando ya le toca la cosa es muy difícil. Sobre esto reflexioné mucho. Ahora desde la libertad uno piensa sobre si toma o no los nuevos riesgos.
- Su historia, después de 2002 es una narración intensa, por toda esta experiencia como cautiva. Fueron casi seis años, en el que uno supone cualquier cantidad de precariedades. ¿Cómo pudo haber sido su día a día en aquella selva?
- Pues muy difícil, muy difícil. Hay un conjunto de elementos que son muy nuevos. Soy una mujer citadina y siempre me ha gustado el medio ambiente, pero ya entrar en la selva es otro cuento. El medio ambiente selvático es una cosa muy difícil de afrontar y vivir, más cuando uno está en una situación forzada. No es lo mismo ir al campo a un picnic o de paseo, pero otra muy distinta, es cuando le toca un clima agreste tan brusco, por decir lo menos, y unas personas tan difíciles como son los de las Farc. Todo ese conjunto de elementos supera cualquier perspectiva que uno pudiera haber pensado o visto en una película. Ya cuando a uno le toca vivir esa realidad es muy difícil de afrontar. En estas condiciones a uno le toca echar mano de sus condiciones personales para sobrevivir. Creo que en mi caso particular lo que me ayudó fue estar muy de la mano de Dios y fue una experiencia para fortalecer mi fe. Hoy en día es lo que me mantiene viva. Estoy en libertad, tengo mi hijo y estoy con mi familia, tengo muchos elementos positivos. Fue el Todopoderoso el que me permitió ir manteniendo la calma en aquellos momentos de duda e incertidumbre.
- ¿Cómo percibe sus cambios personales luego de volver a vivir con normalidad?
- En síntesis soy la misma. Estoy en mi país, disfruto la misma comida, me he visto con mucha gente que antes ya conocía, he logrado conocer a otras personas, nuevos amigos, gente que se ha interesado en conocer mi nueva vida. Mi círculo de amistades se ha extendido mucho, digamos eso ha sido muy agradable y me ha servido un poco también de terapia. La sociedad en su conjunto me ha recibido muy bien. Todo ha sido un mecanismo de ayuda para reestablecer una vida normal y de la mejor manera posible. Yo diría que hay cosas, que en mi caso particular han trascendido. El cautiverio le sirve a uno para después de estar libre, pues ver problemas que no son tan graves, pues justamente porque uno vivió uno mayor que siempre irradiaron con el tema de la muerte, que cuando se le presentan otros, uno no les da la misma importancia. Creo que esto ha sido como que la lección más fuerte y así trato de disipar las cosas del día a día. Siempre me había preocupado por las cosas de mi familia, pero ahora lo hago con un mayor sentido que antes. Digamos que es porque no sé que pasará en el momento siguiente.
- Su reencuentro con la familia, con su madre y hermanos ¿Cómo ha sido?
- En general ha sido linda. Uno de mis hermanos e incluso mi mamá viajaron a Venezuela para recibirme. Ellos querían saber cómo estaba y qué necesitaba. Estaban muy contentos de que Enmanuel estuviera bien, así que el primer paso fue venir por él. Ustedes saben que estaba en una institución de bienestar familiar y lo que me propuse fue dar un recibimiento lindo.
- Por cierto ¿tiene ya cinco añitos, no?
- Va a cumplirlos en abril. Fue lindo recibirlo porque él había estado bien cuidado en el último tiempo, de manera que eso permitió un mejor encuentro, más agradable y eso ha hecho que este año sea más positivo. Mi familia ha respondido bien, porque han dejado que hagamos lo que hemos escogido. En mi caso, he querido reorganizarme, estabilizarme desde el punto de vista logístico, la vivienda, las finanzas, el tema de salud. Nos han dado el espacio suficiente, pero también han estado pendiente por cualquier cosa que podamos necesitar. Muchas veces no son las cosas materiales, sino una llamada de cariño para saber cómo estamos, cómo vamos y nos sentimos. Eso siempre es una voz de aliento para seguir adelante.
Otra perspectiva
- Usted convivió durante su secuestro con guerrilleros ¿Qué decir de estos personajes? ¿Qué tan siniestros son?
- Hay varios tipos de personajes. Incluso, los personajes de las Farc ya los veo como en su contexto humano. He comprendido que justamente por la vivencia entiendo que han escogido una alternativa, pero ellos también son humanos, también se mueren, le tienen miedo a la muerte, a una serie de factores que uno antes pensaban que eran invencibles y la experiencia nos ha demostrado que no lo son. Ellos tienen sus debilidades y vulnerabilidades. Desde el punto de vista humano veo una oportunidad y ojalá se creen los mecanismos de reconciliación nacional. Creo que en eso nos ha ayudado el presidente Chávez gracias a esa facilitación que hizo e igual la senadora Piedad Córdova. Eso lo veo muy positivo.
- ¿Cuántos rehenes quedan en cautiverio? ¿Es optimista en la liberación total de todos los secuestrados por la guerrilla en Colombia?
- Cómo ustedes saben recientemente se liberaron nuevas personas, quedan alrededor de unas 20 por razones políticas, pero todavía quedan alrededor de unas tres mil por razones de extorsión. Creo que lo mejor es ver cuál es la manera para que recobren su libertad. Por ellos, envío mis oraciones y mejores sentimientos, me preocupo de participar en alguna actividad tendiente a lograr su liberación. Por fortuna el apoyo internacional siempre ha estado muy de la mano. Este es un momento para hacer ese llamado en aras de una mayor sensibilización.
Clara Rojas: escribí la historia de mi cautiverio
La ex rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) liberada en enero de 2008, afina detalles de su gira para promocionar su libro en el que cuenta los detalles de su secuestro junto a Ingrid Betancourt
AC
Clara Rojas, ha podido pasar a la historia como una abogada colombiana con cualidades en la política, talento y capacidad le sobran como cuando estudió Jurisprudencia en la prestigiosa Universidad del Rosario.
De aquella militancia en el proyecto del Partido Verde Oxígeno que aupó a la entonces candidata presidencial, Ingrid Betancourt, queda el recuerdo. Rojas, ex jefa de debate de Betancourt y junto a ella fue secuestrada en 2002 por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) , quedó grabada en la memoria latinoamericana.
Su liberación el 10 de enero de 2008 en la Operación Emmanuel, llamada así en honor a su hijo nacido durante el secuestro, dejó al desnudo una historia de película, una narración intensa, que de sólo leerla o escuchar su testimonio sacude los sentidos.
Hoy, un año después, se entrega a su rol de madre, disfruta su estancia en la “normalidad”, reflexiona, fija citas, cuadra su agenda, participa en actividades puntuales, atienda llamadas, y esa así como nos permitió la entrevista y nos cuenta algunos de sus proyectos, parte de sus vivencias y la iniciativa de escribir un libro.
-Logré un acuerdo con una editorial francesa y ellos a su vez han hecho alianzas con otras editoriales de varias partes del mundo. De hecho el libro se publicará en varios idiomas y países: en España, Francia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Portugal y es posible que en Italia, Japón y China. Indudablemente el apoyo de la editorial ha sido maravilloso.
- ¿Cuánto tiempo demoró convertir su historia personal en letras?
- Le voy a confesar que cuando estaba en cautiverio, me dije que algún día de salir debía contar yo misma mi historia. Bueno, se me hizo el milagrito y es gracias a muchas personas, una de ellas al propio presidente Chávez a quien se le solicitó su colaboración por su facilitación en mi liberación y de muy buen agrado lo hizo, además por la gran operación Enmanuel que él pudo dirigir directamente. Gracias a ello es que estoy libre. Tuve algunos problemas de salud y lo que hicimos fue que les pedí que si me daban un tiempo y mejoraba si podía asumir el desafío de escribir yo misma mi historia. Estuve desde mediados del año 2008 hasta diciembre que me dediqué a escribir, entre 10 y 11 horas diarias para ver si lograba mi cometido y efectivamente lo hice. La editorial se mostró muy contenta con el manuscrito. Con la ayuda de Dios lo tendremos pronto en diferentes librerías.
- ¿Qué le ha permitido sentir esta experiencia de escritora? ¿Cómo se ha sentido en esta nueva piel?
- El libro me dio la oportunidad como persona, porque es la oportunidad digamos de estar con uno mismo y reflexionar sobre muchos hechos. Eso me permitió escribir con mayor detenimiento la experiencia que viví y contarles a los lectores cómo había logrado sobrevivir durante tanto tiempo. Lo que tiene además mi historia es que tiene un final feliz y todo el mundo conoce. Tuve la oportunidad de reunirme con mi madre que por fortuna está viva y con mi hijo Enmanuel. Hoy estamos nuevamente reunidos en el hogar. Cuando uno está en libertad y escribe a corazón libre. Uno dice, bueno, ya viví esto, esta experiencia la afronté y cómo.
Su captura.
- Clara, ¿Qué tan consciente estuvo usted del riesgo que suponía estar San Vicente del Caguán, un territorio para entonces controlado por la guerrilla, y donde la capturan las Farc junto a Ingrid Betancourt?
- Esa pregunta me la hice muchas veces durante el cautiverio. Sobre todo en momentos críticos. Justamente en la primera parte de mi libro analizo el cómo fui a parar a allá. Pues claro, yo era conciente del riesgo, pero realmente uno nunca alcanza a medir lo que le pueda pasar a uno. Piensa que es algo que le va a a tocar a otros, pero que a uno no le tocaría y cuando ya le toca la cosa es muy difícil. Sobre esto reflexioné mucho. Ahora desde la libertad uno piensa sobre si toma o no los nuevos riesgos.
- Su historia, después de 2002 es una narración intensa, por toda esta experiencia como cautiva. Fueron casi seis años, en el que uno supone cualquier cantidad de precariedades. ¿Cómo pudo haber sido su día a día en aquella selva?
- Pues muy difícil, muy difícil. Hay un conjunto de elementos que son muy nuevos. Soy una mujer citadina y siempre me ha gustado el medio ambiente, pero ya entrar en la selva es otro cuento. El medio ambiente selvático es una cosa muy difícil de afrontar y vivir, más cuando uno está en una situación forzada. No es lo mismo ir al campo a un picnic o de paseo, pero otra muy distinta, es cuando le toca un clima agreste tan brusco, por decir lo menos, y unas personas tan difíciles como son los de las Farc. Todo ese conjunto de elementos supera cualquier perspectiva que uno pudiera haber pensado o visto en una película. Ya cuando a uno le toca vivir esa realidad es muy difícil de afrontar. En estas condiciones a uno le toca echar mano de sus condiciones personales para sobrevivir. Creo que en mi caso particular lo que me ayudó fue estar muy de la mano de Dios y fue una experiencia para fortalecer mi fe. Hoy en día es lo que me mantiene viva. Estoy en libertad, tengo mi hijo y estoy con mi familia, tengo muchos elementos positivos. Fue el Todopoderoso el que me permitió ir manteniendo la calma en aquellos momentos de duda e incertidumbre.
- ¿Cómo percibe sus cambios personales luego de volver a vivir con normalidad?
- En síntesis soy la misma. Estoy en mi país, disfruto la misma comida, me he visto con mucha gente que antes ya conocía, he logrado conocer a otras personas, nuevos amigos, gente que se ha interesado en conocer mi nueva vida. Mi círculo de amistades se ha extendido mucho, digamos eso ha sido muy agradable y me ha servido un poco también de terapia. La sociedad en su conjunto me ha recibido muy bien. Todo ha sido un mecanismo de ayuda para reestablecer una vida normal y de la mejor manera posible. Yo diría que hay cosas, que en mi caso particular han trascendido. El cautiverio le sirve a uno para después de estar libre, pues ver problemas que no son tan graves, pues justamente porque uno vivió uno mayor que siempre irradiaron con el tema de la muerte, que cuando se le presentan otros, uno no les da la misma importancia. Creo que esto ha sido como que la lección más fuerte y así trato de disipar las cosas del día a día. Siempre me había preocupado por las cosas de mi familia, pero ahora lo hago con un mayor sentido que antes. Digamos que es porque no sé que pasará en el momento siguiente.
- Su reencuentro con la familia, con su madre y hermanos ¿Cómo ha sido?
- En general ha sido linda. Uno de mis hermanos e incluso mi mamá viajaron a Venezuela para recibirme. Ellos querían saber cómo estaba y qué necesitaba. Estaban muy contentos de que Enmanuel estuviera bien, así que el primer paso fue venir por él. Ustedes saben que estaba en una institución de bienestar familiar y lo que me propuse fue dar un recibimiento lindo.
- Por cierto ¿tiene ya cinco añitos, no?
- Va a cumplirlos en abril. Fue lindo recibirlo porque él había estado bien cuidado en el último tiempo, de manera que eso permitió un mejor encuentro, más agradable y eso ha hecho que este año sea más positivo. Mi familia ha respondido bien, porque han dejado que hagamos lo que hemos escogido. En mi caso, he querido reorganizarme, estabilizarme desde el punto de vista logístico, la vivienda, las finanzas, el tema de salud. Nos han dado el espacio suficiente, pero también han estado pendiente por cualquier cosa que podamos necesitar. Muchas veces no son las cosas materiales, sino una llamada de cariño para saber cómo estamos, cómo vamos y nos sentimos. Eso siempre es una voz de aliento para seguir adelante.
Otra perspectiva
- Usted convivió durante su secuestro con guerrilleros ¿Qué decir de estos personajes? ¿Qué tan siniestros son?
- Hay varios tipos de personajes. Incluso, los personajes de las Farc ya los veo como en su contexto humano. He comprendido que justamente por la vivencia entiendo que han escogido una alternativa, pero ellos también son humanos, también se mueren, le tienen miedo a la muerte, a una serie de factores que uno antes pensaban que eran invencibles y la experiencia nos ha demostrado que no lo son. Ellos tienen sus debilidades y vulnerabilidades. Desde el punto de vista humano veo una oportunidad y ojalá se creen los mecanismos de reconciliación nacional. Creo que en eso nos ha ayudado el presidente Chávez gracias a esa facilitación que hizo e igual la senadora Piedad Córdova. Eso lo veo muy positivo.
- ¿Cuántos rehenes quedan en cautiverio? ¿Es optimista en la liberación total de todos los secuestrados por la guerrilla en Colombia?
- Cómo ustedes saben recientemente se liberaron nuevas personas, quedan alrededor de unas 20 por razones políticas, pero todavía quedan alrededor de unas tres mil por razones de extorsión. Creo que lo mejor es ver cuál es la manera para que recobren su libertad. Por ellos, envío mis oraciones y mejores sentimientos, me preocupo de participar en alguna actividad tendiente a lograr su liberación. Por fortuna el apoyo internacional siempre ha estado muy de la mano. Este es un momento para hacer ese llamado en aras de una mayor sensibilización.
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