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    Entrevista Javier Dario Restrepo

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    Entrevista Javier Dario Restrepo Empty Entrevista Javier Dario Restrepo

    Mensaje  Admin Dom 12 Jul 2009, 01:08

    “El buen periodista es aquel en el que se siente palpitar al ser humano”.
    Javier Dario Restrepo es un espoleador de la conciencia periodística y reivindicador de la independiencia del gremio, es conocido en latinoamérica por su sintonizado consultorio ético para periodistas, alojado en la web de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano presidida por otro maestro del oficio, Gabriel García Márquez

    AC
    Guanta
    Un vallenato suena a Colombia, lo mismo que el merengue a República Dominicana, una arepa es sinónimo de Venezuela, como el tequila a los mexicanos. Tan incompleto estaría el realismo mágico sin Gabriel García Márquez, que no sería igual hablar de ética sin invocar a Javier Dario Restrepo (Colombia, 1932), catedrático de las universidades Javeriana y de los Andes, conferencista en temas de comunicación social y que actualmente dirige el Consultorio Ético de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI)
    Con el maestro Restrepo un grupo de periodistas del estado anzoátegui y de diferentes medios de comunicación de distintas regiones de Venezuela tuvo la dicha de disertar en el primer seminario Ética periodística y la cobertura de iniciativas de responsabilidad social empresarial” patrocinado por la FNPI Y Cemex de Venezuela.
    En la mañana del 16 y 17 de noviembre de 2007 en Pertigalete, municipio Guanta, este experto periodista que ha sido Defensor del Lector en el diario El Tiempo y El Colombiano, expuso un conjunto de ideas y planteamientos sobre las razones que debe tener todo comunicador sobre la necesidad de impulsar el periodismo para salvar el planeta. Una mirada al ejercicio de un oficio consciente para con los demás y el entorno, multiplicador del conocimiento y la verdad.
    Vestido de chaqueta color beige, saluda a los participantes. Antes de iniciar la sesión se deshace de su casaca y exhibe una camisa a cuadros y pantalón libres de arrugas. Se coloca con ayuda de un asistente de sonido un micrófono inalámbrico que le permitirá hacerse oír a toda la audiencia.
    “Nunca podemos ser indiferentes a algo que le pasa a otros”, comienza Restrepo, que pretende una charla distendida, sin discursos preparados, pero siguiendo una guía como método para explicar sus consideraciones.
    “Para entrar en las consciencias se tiene que tener en cuenta el lenguaje y el tema. La conciencia popular se abre espontáneamente al periodista todos los días”.
    Algunos asistentes apuntan en sus cuadernos. “El hecho es el gran persuasor porque es contundente, está allí, es la gran fuerza educadora”, continúa Restrepo. “El periodista cuenta lo importante, no de la realidad, sino como lo vemos y queremos ver (…) Hay evitar adjetivos para construir hechos para que no se pierda la credibilidad”.
    Restrepo hace una pausa. Se apoya en las presentaciones que aparecen en orden lógico a través del proyector. Recuerda algo, sonríe: “El objetivo que tenemos como periodistas es evitar las medias verdades y las afirmaciones aceptadas sin verificación (…) Hay que tomar en cuenta al ser humano en la búsqueda de respuestas informativas”.
    Restrepo recurre permanentemente a la convicción: “El buen periodista es aquel en el que se siente palpitar al ser humano”.
    Principios
    Hoy día, Javier Darío Restrepo es una referencia del periodismo latinoamericano y mundial. Sus pensamientos acerca de la práctica ética de la “profesión más hermosa del mundo” –según su paisano Gabriel García Márquez- son reflejados en sus obras, en especial, en “Ética para periodistas”, obra de consulta imprescindible en las escuelas y facultades de Comunicación Social; y, en su Consultorio Ético Virtual en donde se convierte en guía para el periodista que duda.
    Ante las escasas horas de un taller que al maestro Restrepo le tomó por lo menos dos intensos días, aprovechamos tres intermedios para conversar sobre con él varios aspectos. Con brevedad y directo al grano dejó desfilar sus pensamientos.
    -¿Qué decirle al periodista que ejerce en medio de las presiones y la polarización de una sociedad?

    - Uno tiene siempre que decidir y saber que la prioridad para un periodista es el lector,, oyente o televidente y a través de éste la sociedad. Hay viene la pregunta y ¿cómo se hace si no tiene poder en el medio? Esa es la lucha que hay que dar.


    - En Venezuela existen dificultades de acceso a la información oficial y eso limita contar lo real, sino lo especulativo, lo extraoficial. De allí el reclamo por lo sesgado. ¿Qué hacer frente a este escenario?

    -Kishner, Lula y Correa les han dicho a los periodistas que nos lo necesitan porque pueden llegarle más directamente a la gente. Chávez a dicho lo mismo. Eso debe obligar al periodista a buscar otra fuente más allá de la oficial, porque hay que tener en cuenta que las informaciones dadas por ejemplo por el gobierno son mentirosas, tiene mucho contenido propagandístico y eso es explicable ellos quieren dar a conocer sus realizaciones positivas. No hay gobierno tan tonto que vaya a salir a decir sus debilidades. Un problema que tenemos los periodistas es que dependemos demasiado de las fuentes oficiales y esta crisis se puede convertir en oportunidades si aprendemos a buscar fuentes alternativas, que nos permitan ver con ojos críticos la actividad que cumple ese gobierno.

    -¿Cómo evitar la autocensura por causa de la politización en los medios?

    -La frecuencia de la autocensura pone a prueba la verdadera independencia de los periodistas. Quien tiene al final el poder de decidir si publica o no es él. La autocensura viene por un interés o miedo. Si uno quiere construir su autonomía, debe hacerlo rompiendo su dependencia. Uno es libre porque le da la gana, no porque nadie nos lo da.

    -¿Hay manera de hacer frente al estigma del medio y el periodista como actor político?.

    - Por encima de todo hay que mantener la credibilidad. Uno es periodista para que le crean. Uno llega a la vejez y se pregunta qué le queda, lo único es que te creen. Ocurre que la credibilidad siendo tan indispensable es muy frágil y cuesta mucho construirla. Te la puede echar a perder un adjetivo. Al único al que el lector, oyente o televidente le cree es aquel que se preocupa por él, no como funcionario o miembro de un determinado partido.
    -Muchos buscan adular a cambio de indulgencias y evitar roses con quienes detentan el poder gubernamental.

    - Lo importante no es que el gobierno lo quiera a uno, sino el lector.

    - ¿Cómo mira el periodismo que se hace en Latinoamérica hoy por hoy?

    - Siempre me preguntan eso y me niego, porque uno no tiene elementos de juicio para emitir ese tipo de calificación.

    ¿A su juicio cuáles son los riesgos que enfrenta el periodismo?

    - El de la credibilidad. Hay otro que no se ha denunciado suficientemente y es el del periodismo mal pagado. Un periodista mal remunerado lo pones en dos extremos: el del soborno. Si a mí me pagan mal y tengo la angustia del mercado, la familia y todas esas cosas personales, entonces habrá alguien que te brinde un apoyo a través de un chequecito. Urgido de la necesidad puede aceptarlo, pero está vendiendo su independencia.

    - ¿Cómo puede contribuir un periodista a defender la democracia?

    - Hay que tener en cuenta que democracia es en primer lugar la participación de toda la población. Uno puede estimularla a través de una buena información, es la respuesta clave. No puede haber democracia con ciudadanos mal informados.

    ¿Cómo informar bien?

    -Haciendo entender lo que está sucediendo y para ello tienes que mirar todos los hechos como parte de un proceso, no aislados.

    Responsabilidad


    - Maestro usted ha dicho en otras oportunidades que existe un déficit en los periodistas a la hora de contar los hechos. ¿Puede explicarlo?

    - Para contar un hecho no basta contar lo que sucedió, hay que notar por qué sucedió, cuáles son las perspectivas que se crean con lo que sucedió, en qué contexto sucedió. Son tres dimensiones del hecho, la dimensión temporal del pasado que es la que te da los antecedentes. Un hecho no se comprende si uno no sabe de dónde se originó. Hay un conocimiento imperfecto del hecho si uno no sabe las circunstancias en que ocurrió, que estaba sucediendo al mismo tiempo y que tiene relación con el hecho. Ese es el contexto. Esta incompleto además si uno no conoce las consecuencias, uno tiene que prever las consecuencias. Para hacer eso tiene que conocer la dimensión y el contexto. Hay que tener en cuenta que el futuro está contenido en el presente. El periodista debe tener en cuenta el pasado, presente y futuro para hacer un relato completo del hecho. Además hay unas dimensiones espaciales, es decir, el hecho visto desde diversos ángulos. Que si los protagonistas, especialistas e investigadores. Incorporados al relato dan una visión más completa.

    Con esto lo que te quiero decir es que el periodista no se puede limitar a contar lo que sus sentidos vieron, oyeron, olieron o tocaron. Debe ir más allá de los sentidos y es la capacidad que tiene la inteligencia y la imaginación del ser humano para hacer una reconstrucción de los hechos y una explicación que los haga comprensibles.

    ¿Qué otras amenazas observa a la hora de hacer periodismo?

    - Creo que la amenaza más grave en estos momentos lo que está haciendo que los medios de comunicación pongan en primer lugar el renglón económico y subordinan a esto la finalidad de los medios que es informar bien. Eso significa que dentro de las gerencias debe haber gente que entienda no sólo el flujo económico, sino la importancia social que tiene la información. Si hay este tipo de personas, entonces es factible esa subordinación.

    - Ahora los medios se replantean, otorgan menos espacios a las noticias, dan más prioridad a lo gráfico. ¿Cree hay algún retroceso?

    - El problema del espacio es puramente artificial, porque espacio hay. Lo que no hay es un criterio para seleccionar las informaciones, entonces a falta de eso se quiere informar de todo, cuando hay temas que son secundarios y hay temas que son primarios y allí aparece una de las necesidades del periodista: la capacidad para distinguir lo importante de lo secundario, lo sustancial de lo accesorio y lo accidental. Eso se agrava cuando interviene el criterio comercial de competencia.

    ¿Cómo evitar que la opinión política que tenga un periodista sobre un hecho salpique la noticia?
    -Hay que pensar en los electores y en la población. Es una población manipulada por la publicidad, que por ignorante también será manipulada, qué hacer con esa población frente a estas circunstancias. Es allí cuando se requiere capacitar a esa población mediante el conocimiento de lo que está sucediendo para elegir. Eso no lo puede hacer un periodista que está comprometido con un partido, menos uno que esté pensando solamente en la circulación de un medio y una mejor ganancia. Lo puede hacer un periodista que ha puesto como su máxima visión a su lector y le presta un servicio.

    -¿Dónde queda la ética del periodista entendida como un valor de responsabilidad social?

    -Esa responsabilidad no se puede llevar a cabo si no hay otro valor que no es otro que la independencia. Eso para qué, para poderle entregar a los lectores la verdad de los hechos.

    Valor

    - ¿Cómo tener conciencia los periodistas de lo que debemos hacer?

    -El buen periodismo es que se ejerce no como un poder, sino como un servicio. Cuando uno hace periodismo para servir a la gente le está dando un valor de calidad fundamental. En cambio cuando se ejerce como poder económico o político se pervierte, porque la naturaleza del periodismo como la de la palabra es la de comunicar y compartir con los otros. Hay un segundo aspecto y es que el periodismo lo ejerzas como una pasión no como un cálculo. La pasión es irracional y el cálculo racional, pero al hablar de irracional estoy hablando del predominio de la voluntad sobre la razón. Es decir, tu eres periodistas porque te dio la gana, es a lo que le vas a consagrar toda la vida. Cuando asumes eso con un entusiasmo que nunca se te extingue estás condenado a ser un buen periodista.

    -El valor de la palabra. ¿A usted le parece que hay periodistas que subestiman el valor de la palabra?

    Si eso corresponde mucho a la mentalidad de nuestro tiempo. La palabra más bien se ha instrumentalizado. La palabra más bien se ha hecho para engañar o decir la verdad con tal que resulte útil para obtener ganancias. Eso es una perversión.


    La naturaleza de la palabra es muy distinta. Primero la palabra es un producto del espíritu humano. Los animales no hablan porque no lo tienen, las plantas tampoco. El espíritu humano habla por los animales y las plantas. Podemos decir que el ser humano tiene ese gran privilegio de ser la conciencia de la creación a través de la palabra. Mirada así, la palabra es un instrumento que debe manejarse con sumo cuidado, pero por sobre todo con un inmenso respeto. Es un mal síntoma el ver el maltrato que se hace de la palabra, como si ese fuera un instrumento de segunda categoría.

    AGREGADO

    Javier Dario Restrepo es autor de obras como Puebla para el pueblo (1980), Avalancha sobre Armero (1986), Del misil al arado (1989) , Periodismo diario de televisión (1990), Ética para periodistas (1991), Más allá del deber (1992), La revolución de las sotanas (1995), Testigo de seis guerras (1996) y Desde las orillas (1996), en colaboración con Germán Rey. Su libro más reciente es El zumbido y el moscardón. Taller y consultorio de ética periodística, publicado por la FNPI y el Fondo de Cultura Económica.

      Fecha y hora actual: Vie 19 Abr 2024, 05:59